lunes, mayo 26, 2008

Le Grand Final


Lectores, como lo presagiaba anteriormente... Cruz Azul pelea por conseguir su Novena Estrella y volver a la senda de la gloria que dejó hace 10 años. La Máquina ha llegado a la gran final de nuestro Fútbol y como último obstáculo enfretará a otro gran equipo: Club Santos Laguna.

Este próximo jueves 27 de Mayo el Estadio Azul vivirá el partido de ida a las 20:00 hrs y el domingo 1 de junio en el Estadio Corona, el partido de vuelta a las 17:00 hrs.

¡Vamos por la Copa!

lunes, mayo 05, 2008

De Sangre Azul

Así es, después de sobrevivir un fin de semana de compras en Liverpool, el evento del Día del Niño en Marinela y la última jornada del Fútbol Mexicano... puedo celebrar que Cruz Azul está nuevamente en la Liguilla, pero ahora con otra generación talentosa de jóvenes (Villaluz, Andrade, Lugo, etc) que prometen pelear por el Noveno Campeonato!!!! Para celebrar aquí un video de la banda neoyorquina Interpol...



Continuando con la historia de la telera mexicana, les compartó la segunda parte que espero lean y comenten:

No obstante, es probable que la decisión de Alemán hubiera tenido que ver con algo más que sus convicciones capitalistas. En una biografía académica de Emilio Azcárraga Vidaurreta –de próxima aparición-, Alex Zaragoza argumenta solidamente la premisa de que Alemán veía a la televisión como un negocio del que podía beneficiarse personalmente. No es una tesis desdeñable, dado que los hábitos de enriquecimiento personal de este presidente han sido ampliamente conocidos. En el caso de la televisión, la posibilidad de una intervención presidencial nace del hecho de que mientras Azcárraga solicitó una concesión en 1946, no se le otorgó sino hasta 1950. En cambio, Rómulo O’Farril, distribuidor de autos en Puebla y amigo de Alemán, recibió su concesión en 1949, a un año de haberla solicitado.

Alemán tenía claros motivos para involucrarse en este nuevo medio y para frenar a Azcárraga Vidaurreta. Las cuantiosas inversiones que se habían realizado en la televisión estadounidense sugerían que el negocio podía ser muy lucrativo –no en el corto plazo, debido a los elevados costos iniciales, pero ciertamente a fututo-. Al igual que el periódico Novedades, adquirido en 1946 por el asistente de Alemán, Jorge Pasquel (con O’Farril como socio), la televisión podría también convertirse en una poderosa herramienta de propaganda personal. Además, obstaculizar la solicitud de Azcárraga para una concesión permitía a Alemán ejercer revancha política: en las elecciones de 1940, cuando Alemán había sido coordinador de campaña de Manuel Ávila Camacho, Azcárraga había apoyado al candidato de oposición, Juan Andrew Almazán.

A pesar de contar con los poderes cuasidictatoriales que entonces disfrutaban los presidentes, Alemán sabía que al otorgar una concesión a su propia familia podría provocar un escándalo. Pero podía utilizar un prestanombres y, según Zaragoza, O’Farrill cumplió ese papel. O’Farrill tenía dos poderosas razones para ser pantalla de Alemán e incursionar en una industria en la que Azcárraga, por su experiencia sin paralelo en la radio debió ser el primero. En una época de inflados contratos gubernamentales y sobornos de rutina, convenía a cualquier empresario estar en buenos términos con el presidente. Además, las familias Azcárraga y O’Farrill ya eran rivales puesto que las distribuidoras de autos de Rómulo enfrentaban la competencia de los hermanos de Azcárraga, Rogelio y Gastón.

Las primeras señales de que el presidente y el empresario poblano trabajarían juntos se dieron en 1947, cuando el régimen de Alemán otorgó a O’Farrill la radiodifusora XEX –originalmente un entidad estatal- y, al mismo tiempo, encargó el Informe Novo. La concesión le dio a O’Farrill y a su hijo Rómulo Jr. De 29 años, la oportunidad de aprender sobre la tecnología y la programación de medios electrónicos. El Informe Novo (cuyas conclusiones eran sabidas de antemano) no sólo aplacó a Carlos Chávez y a los intelectuales, sino que dio tiempo para que los O’Farrill y Alemán planearan bien su incursión en la televisión. Además, mientras ignoraba la creciente insistencia de Azcárraga para que le otorgara una concesión, el presidente tardó todavía un año tras la presentación del Informe, antes de crear una comisión que definiera las reglas para la televisión.

Los O’Farrill obtuvieron su concesión en noviembre de 1949. Ante la experiencia de Azcárraga en la radiodifusión y el apoyo que su proyecto tenía entre otros miembros del sector privado. Alemán no podía ignorarlo por completo, pero el presidente esperó hasta julio de 1950, el mes en que los O’Farrill comenzaron sus transmisiones de prueba, para darle al magnate de la radio su licencia para televisión. Aunque sus mejores técnicos se habían estado capacitando desde 1948 para la llegada de la televisión, la decisión de Alemán tomó por sorpresa a Azcárraga, después de tantos años de haber sido ignorado. Le quedaba poco tiempo para ponerse al corriente: no había manera de que pudiera transferir a su personal de radio, contratar y capacitar nuevo personal para sustituirlo, y conducir sus propias transmisiones de prueba antes de que sus rivales hicieran su lanzamiento. Entonces decidió preparar todo cuidadosamente y empezar cuando estuviera listo.

El 31 de agosto de 1950, la XH-TV (Canal 4) de O’Farrill, realizó su primera transmisión oficial, que convenientemente, fue el cuarto informe presidencial de Miguel Alemán. O’Farrill había ganado la carrera para lanzar la primera estación de televisión en Latinoamérica y el mundo de habla hispana. La TV Tupi de Brasil haría su debut 18 días después, y Unión Radio TV de Cuba un mes después de Tupi.


Frase Cinéfila de Fight Club: "And the eighth and final rule, if this is your first night at Fight Club, you have to fight"