jueves, diciembre 18, 2008

¡¡Viva Aguascalientes!!

En esta ocasión las carreteras de México me llevaron a conocer la ciudad de Aguascalientes, la cual es una buena opción si uno busca un lugar tranquilo en el centro del país; aunque un fin de semana no fue suficiente para conocer todas sus curiosidades, me quedo con buenos recuerdos de esta pequeña entidad federativa que representa el 0.3% de la superficie de México.

Veamos, cuando piensan en Aguascalientes... ¿qué imágenes evocan?

Como muchos, mi mente tiene como referente la famosa Feria de San Marcos que el próximo año se celebrará del 18 de abril al 17 de mayo, sin duda un pendiente por cubrir en la agenda de la Fam. López Ricaño. Otros, como mi hermano Braulio, la asocian con el recién llegado Club Necaxa (lo de Hidro Rayos sigue sin convencerlo) que juega en el estadio Victoria de la capital y por último, los conocedores de la Historia de México que recuerdan la Convención de Aguascalientes de 1914 (¿?).

El principal motivo de este viaje, oportunidad perfecta para descansar del Osito Bimbo, fue la boda de una amiga de Graciela con la que estudió en el Tec; en su momento Diana y su ahora esposo Humberto fueron a nuestra boda en Veracruz, y ahora nosotros quisimos estar presentes durante su enlace. Palabras más, palabras menos... la boda fue muy emotiva y se celebró en el suntuoso Hotel Quinta Real. Aquí una fotos que ilustran este relato...




Después de esta importante celebración, al otro día emprendimos el paso rumbo al Museo de José Guadalupe Posada, grabador mexicano de la época revolucionaria y famoso por la caricatura de la Catrina que no puede faltar el Día de Muertos. Al llegar al museo, nos percatamos de la peculiar voz del intelectual Lorenzo Meyer, así que además de disfrutar los grabados de Posada y el vino del evento, también escuchamos las sensatas ideas de quien aparece regularmente en el programa televisivo de Canal Once, Primer Plano.



Al finalizar nuestro recorrido por el pequeño museo, comenzamos a vagar por el centro de la ciudad, buscando las diferentes iglesias que destacan por su belleza arquitectónica; a la hora de la comida nos refugiamos en la pequeña fondita, La Saturnina, con un menú de platillos regionales cuyos nombres no recuerdo pero le hacen justicia a la tradicional comida mexicana. También, para no dejar de vernos bien turistas, nos paseamos en el turibus para conocer el centro histórico y sus 4 barrios antiguos: Barrio de Guadalupe, Barrio de San Marcos, Barrio del Encino y Barrio de la Estación...
Frase cinéfila de The Devil wears Prada: "That's All"